Tenemos varios troncos como el de la imagen que se muestra a continuación.
Se quiere aprovechar para hacer leña para una chimenea. La idea es que de cada tronco obtengamos leña que nos valga para todo el mes, utilizando así un trozo del tronco cada día. Como son bastantes los troncos que tenemos que cortar, se quiere realizar el menor número de cortes posible.
Laura y Juan son una pareja que vive en un piso ni pequeño ni grande, digamos que normal.
Cuando están en casa, pasan bastante tiempo en el salón, que ni es muy grande ni tampoco demasiado pequeño, digamos que es… normal. Como… normal es también el mueble de su salón, con unas estanterías donde tienen libros, un par de fotos enmarcadas, alguna que otra figurita de recuerdo que les han ido regalando sus amigos, y un espacio reservado en el mueble para el televisor.
Y aquí es a donde quería llegar. En casa de Laura y Juan, todo parece… normal, bueno, digamos que común, porque lo de ser normal es algo muy relativo. Así es que, en casa de Laura y Juan (incluidos ellos) todo parece bastante común, salvo… su televisor. O eso es lo que piensan ellos.
Supongo que muchas y muchos ya conocéis el Tangram.
El Tangram (en chino: 七巧板 , «siete tableros de astucia») es un juego chino muy antiguo, que consiste en formar siluetas de figuras con las siete piezas dadas sin solaparlas. A esas piezas se las conoce como Tans, y son 5 triángulos (2 grandes, 2 pequeños y 1 intermedio), 1 cuadrado y 1 paralelogramo.
Aparte de como entretenimiento, el Tangram es un recurso muy útil para introducir conceptos de geometría plana, y para fomentar el desarrollo de capacidades psicomotrices e intelectuales de los niños, y no tan niños, ya que permite asociar de forma lúdica la manipulación concreta de materiales con la formación de ideas abstractas.